
El ambiente de anoche es de las mejores aventuras que he vivido. Primero, agradecerles la solidaridad de quienes no toleran los comentarios cobardes que permite el anonimato del internet y que siguen diciéndome cosas feas y de todo. Ya sé que no hay nada que hacer porque esto es internet y el que los haga pues es tan cobarde como perdedor.
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Pero bueno, este blog y mis escritos es para quien realmente le interesa y espero que sea la mayorÃa. Les quiero contar algo a raÃz de una situación que vivà anoche.
Fue muy extraño pero excitante a la vez. Al final de la tarde me llamó una mujer pidiendo mi servicio para hacer un trÃo con su esposo. Me sonó raro pues normalmente llaman los hombres directamente, pero esta vez no fue asà y me dijo que me querÃa pagar por 4 horas, de 8 a 12 de la noche.
Yo accedà y fui a la cita en un lujoso apartamento al norte de la ciudad.
Después de que me anunciara el portero, etc, me abrió una mona espectacular, totalmente delgada, y en una pijama negra muy corta. Me invitó a seguir, me senté en la sala, me ofreció un trago, muy cordial, y fue al grano: me dijo que era lesbiana pero que también estaba casada. Me confesó –me dijo que guardara el secreto pues ella era la que pagaba que gozaba más con las mujeres que con su esposo.
HacÃan muchas veces trÃos y ella aceptaba porque, en el fondo, lo que querÃa era un buen busto y unos besos apasionados de mujer. No quiso entrar en detalles de por qué seguÃa con su esposo (tampoco era mi problema), y me dijo sin más rodeos que él llegaba hacia las 10 de la noche y le querÃa tener la sorpresa de estar los tres. Pero tenÃamos casi dos horas a solas y ella habÃa cuadrado todo a propósito para estar conmigo. A mà me conmovió y, admito, me gustó su sinceridad y debo decir de frente que estaba muy buena.
En la sala tenÃa un televisor LCD gigante y puso una pelÃcula n0p0r que tenÃa en el DVD y era de lesbianas aunque no lo son realmente, son actrices y eso lo sabemos todas.
Pero me dijo que la habÃa visto muchas veces y que le encantaba especialmente una actriz que se llama Nikki Benz y me la mostró en la caja del DVD y, en efecto, cuando salió en escena le di la razón: una mona con el cuerpo más espectacular, una cola preciosa, me dio envidia a pesar de que el mÃo es duro y redondo.
En la escena esta Nikki llega a donde dos monas igual de despampanantes y hablan cualquier cosa y entre las tres comienzan a tocarse y a darse besos  y se tiran al piso y, bueno, ya sabrán: una cosa brutal deliciosa en la que después incluyen un vibrador.  Pues bien, al parecer esta mujer querÃa lo mismo pues delante mÃo ya se estaba tocando y metiéndose los dedos mientras veÃa la pelÃcula, se fue bajando la pijama y se la quitó toda y me dejó ver un muy buen cuerpo. Se estaba tocando feliz y me pidió que yo también me quitara la ropa y que hiciera lo mismo.
No tengo porqué mentirles, en ese punto yo ya estaba empapada y también me metà los dedos y me froté con mis tres dedos por encima mientras la veÃa a ella totalmente arrecha.
Totalmente cómoda porque ella fue sincera conmigo y de alguna manera, como si fuera mi amiga, me sentà su cómplice. Me pidió que la tocara y cuando la toqué ella abajo, en efecto estaba húmeda, totalmente ida. De pronto sacó un vibrador y me pidió que se lo metiera. El vibrador era grande, le abrà las piernas y con mis dedos aparté sus labios y se lo metà lentamente.
¿Tengo que decirles que ella explotó en un orgasmo de una? !Obvio! Pero me pidió que siguiera y seguà y se vino por lo menos cuatro veces más. Después me dijo que me tocaba a mÃ, y me puso a gatas y me lo metió y yo no me aguanté y me vine delicioso.
Me dijo que me vistiera, que fingiera que acaba de llegar, y asà esperamos a su esposo.
Nos abrazamos, le encantaba mi cuerpo y me dijo que cuando hiciéramos el trÃo me querÃa dar besos ella abajo y que si no me molestaba. Le dije que no, que me encantarÃa y asà fue… Cuando llegó su esposo, el tipo se sorprendió pero como ya lo habÃan hecho antes, pues arrancamos de una a desvestirlo y ella en voz alta le dijo que querÃa que él me comiera y que ella también me querÃa comer a mÃ.
Claro, ella lo que no querÃa era que el esposo se lo metiera. Pero yo, antes que nada, lo que esperé con ansias era que ella me diera besos abajo y para mi fortuna asà fue… el éxtasis más grande, creo, en mucho tiempo. El tipo igual se vino muy rápido y nosotras seguimos tocándonos y besándonos y al final, cuando me acompañó a la puerta, me dijo que tenÃamos que repetir. Y no lo dudo, espero que si lees este blog por alguna razón sepas que espero tu llamada de nuevo.
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